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jueves, 26 de noviembre de 2015
Una biblioteca es más que libros
La
BPC Mario Briceño Iragorry celebró 27 años en las instalaciones del Convento
Regina Angelorum con la participación de todo su personal.
Prensa
Gobierno Bolivariano de Trujillo.
Viviana Cegarra Soto.-
27
años se dice fácil y parece poco tiempo, pero ver cuanta historia encierran las
paredes del Convento Regina Angelorum
desde que la Biblioteca Pública Central “Mario Briceño Iragorry” (BPC) ocupa
este espacio es muy diferente, son muchas las anécdotas que datan desde aquel 19 de noviembre de 1988, cuando el equipo
dirigido por Josefa Román llegó a esa vieja casona y le dio a Trujillo una
biblioteca que merecía.
Las viejas
paredes blancas, los pisos de madera y los altos arcos se irguen en el casco
central del municipio Trujillo, albergando historias de la colonización y de
independencia, así como algunas más nuevas, de esas que se encuentran en los
textos que dormitan en los estantes de la BPC, acompañados por experiencias de
las vidas que por ese lugar han pasado, la más memorable quizá sería el querido
Elías Terán (+).
En
el marco del 27 aniversario de la instauración de la BPC en las instalaciones
del convento Gerardo Bencomo, mejor conocido como Lalo, auxiliar de biblioteca
con más de 30 años de trayectoria, dirigió unas estimulantes y motivadoras
palabras a sus colegas auxiliares, en las que dejó por sentado que la
Biblioteca es más que libros y estantes. “Yo tengo el Trabajo más bonito del
mundo, yo trabajo en la Biblioteca, yo contribuyo a formar sueños y llevar
alegría. La BPC fue lo que fue, es o será no por los recursos y presupuestos,
si no por todos los que hacemos vida acá. La biblioteca no es un simple estante
repleto de libros, es cada uno de nosotros que hacemos vida en ella y que cada
día hacemos que tome vida.”
“La
Biblioteca tiene una historia muy larga y a la vez muy corta, llena de
anécdotas y vivencias, una historia muy sentida para todos los que hacemos vida
acá. Quizás yo soy uno de los más viejos, recuerdo cuando la mudanza de la biblioteca,
todos los inconvenientes, los peros; la gente decía que esto era un espacio muy
grande para una biblioteca, que servía con un cuarto, pero Josefa y todo el
equipo nos empeñamos en que necesitábamos algo mejor”. Fueron las palabras de
Lalo, quien tuvo la tarea de ser el
orador en la celebración que impulsó la Coordinación Trujillana de Cultura (CTC)
del Gobierno Bolivariano de Trujillo.
Histórica BPC
Bencomo
también hizo referencia a la mudanza la BPC. “La biblioteca tuvo muchas sedes,
recuerdo cuando estábamos arriba, donde hoy hay una zapatería, allí todo era
muy bonito, la gente llegaba y la atendíamos entre todos, era un espacio
pequeño, pero en el que todo nos involucrábamos. Luego vino el cambio, fue
difícil, porque muchas instituciones querían esta sede, pero al final se le dio
a la biblioteca. La gente nos ayudaba a cargar las cajas de la mudanza por la
plaza Bolívar, pues estaban emocionados de tener una biblioteca grande, una que
merecía el estado”.
“Cuando
ocurrió lo de la mudanza éramos todos nuevos, puros muchachos, pero Josefa
había logrado que nos capacitaran y nos encontrábamos todos emocionados,
trabajábamos día y noche en la instalación de la BPC, el tiempo se nos iba
volando, era mucho el trabajo pero la hacíamos con alegría y entusiasmo”.
De
eso ya hacen 27 años y allí sigue la biblioteca, en un espacio repleto de mitos
e historias, cada día se abre las puestas a los trujillanos y se lleva un poco
del saber del mundo a cada persona que se acerca. Durante este periodo la
biblioteca Mario Briceño Iragorry fue pionera en varios programas de reimpulso
cultural, como libros vivientes, trabajos con reciclaje, archivo de la palabra,
entre otros. Asimismo tuvo su tiempo con el Bibliobus, una etapa única y
hermosa que experimentó el personal de la BPC.
“De
esta biblioteca, del esfuerzo de todos nosotros nacieron lineamientos que se
llevaron a nivel nacional y que hoy en
día no se toman en cuenta como trujillanos pero que impulsamos nosotros. Entre
ellos los libros vivientes, lo que arrancamos con un programa llamado el
archivo de la palabra; el primero que hicimos fue una casualidad, pues ese día
estaba Ramón Palomares por acá y logramos entrevistarlo. Fue algo muy hermoso,
esa etapa fue única, recorrimos Trujillo y trajimos a muchos cultores a esta
sede para grabar sus anécdotas”. Expresó Lalo emocionado ante el recuerdo.
BPC Hoy
La
BPC es un patrimonio trujillano que se encuentra en el corazón de la ciudad
capital, un lugar que necesita el amor del pueblo, pues no es solo un espacio
lleno de libros, es el punto donde converge la cultura en general; allí muchos
artistas han presentado sus trabajos y por sus ya cansadas tablas han pasado
grandes personajes de nuestra historia local. Para muchos ser miembro de esta
familia es un orgullo y motivo de alegría por ser pieza transformadora de la
sociedad.
“La
casa se nos ha puesto un poco vieja, pero no tenemos porqué dejarla morir, es
nuestro legado, debemos motivarnos y trabajar duro por esta lugar. Acá pasamos
la mayor parte nuestros días, nuestros compañeros se han convertido en familia
y eso lo debemos valorar y cuidar. Esto más que ser un trabajo es nuestro hogar
y debemos esforzarnos por levantarlo y dignificarlo. Los libros no van a morir,
no si nosotros trabajamos duro, sacando la biblioteca fuero de estos muros y
llevándola a cada escuela y comunidad que se pueda”. Concluyó Bencomo.
Y
eso es justamente lo que la CTC viene desarrollando con diversos programas como
“Entre Letras y Candilejas” y otros
tantos programas en los cuales la biblioteca va a la calle, llevando libros y
lecturas, promoviendo la lectura en la entidad y acercando a los niños, niñas y
adolescentes a esta casa del saber universal.