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- Biblioteca Pública “Mario Briceño Iragorry” realizó Busca de Niño
lunes, 6 de febrero de 2017
Tradición se mantiene viva en institución
Un recorrido interno por las
instalaciones del antiguo Convento Regina Angelorum y diversas actividades
fueron parte de un hermoso compartir, en el cual se exaltó la tradición.
Prensa Gobierno Bolivariano
de Trujillo.
Viviana
Cegarra Soto. Gráficas: Pedro Dávila.-
Los espacios de la
Biblioteca Pública Central “Mario Briceño Iragorry” (BPC) de Trujillo se
llenaron de alegría y color con una pequeña pero nutrida Busca de Niño, que se
realizó el pasado 2 de febrero en horas de la mañana y que sirvió de compartir para
el personal que allí labora y para todos los visitantes de la mencionada
institución.
Envestidos con sus trajes
tradicionales y representando la hermosa estampa decembrina el personal de la
BPC salió en romería, paseando por el espacio, entrando y saliendo de las salas
en busca del niño robado. La actividad estuvo encabezada por los trabajadores
de extensión y el grupo reciclando ando, quienes con cuatro, maraca y tambora armaron
el ambiente para iniciar la parranda.
Gerardo Bencomo, trabajador
de la BPC y cultor trujillano habló sobre esta manifestación tradicional de los
andes. “Esta busca de niño es ante todo una muestra pedagógica, es una de las 3
tradiciones pos decembrinas, pascuales que se realizan en estos pueblos. Al
desaparecer el niño, sus padres lo buscan por tres días, esto se hace de una
manera divertida y cuando el niño aparece, se le canta. En el canto se pide
siempre que se sigan las pautas, y que sean dos grupos de cantores, para que se
dé el careo o contrapunteo entre quienes buscan al niño y quienes lo han robado”.
Guiados por el ángel de luz
la estampa, los pastores, el personal y los visitantes siguieron el camino
desde la sala infantil hasta la dirección, en un contrapunteo de versos que
indicaba hacia donde estaba el ladrón. Por los caminos de la Biblioteca
pasaron, con alegría y júbilo celebrando esta costumbre que es tradicional de
la época y que integra a la comunidad.
Luego de recorrer cada sala
la comitiva se enfrentó a la puerta cerrada de la dirección, donde la directora encargada, Milva de Santiago, y
sus cómplices se resguardaban; una vez allí comenzó el contrapunteo, cantos y
sus respuestas iban y venían, al son de la música tradicional que en ningún
momento dejó de sonar, en un vaivén que remontó a otros tiempos y mostró a
todos los jóvenes presentes las
tradiciones que por años el pueblo trujillano ha conservado.
Tras minutos de pelea y
discusión Milva abrió las puertas y la comitiva entró en busca del niño, una
vez a dentro la policía entró y apresó a los responsables, quienes muy alegres
y en compañía de los padres fueron a devolver la prenda del pesebre para darle
final a la escenificación.