lunes, 19 de febrero de 2018
El Parque de los Ilustres se llenó de vida
Los jóvenes de la Escuela de
Artes Escénicas “Segundo Joaquín Delgado” y el Complejo Cultural Kuikas
compartieron de una tarde diferente, mientras celebraban al Rey Momo.
Prensa Gobierno Bolivariano de Trujillo/
Incaet.
Viviana
Cegarra Soto.-
Niñas, niños y adolescentes
trujillanos disfrutaron de una tarde de diversión y sano entretenimiento, en la
Octavita de Carnaval que se realizó el pasado jueves 15 de febrero en las
instalaciones del Parque de los Ilustres de Trujillo y que sirvió de espacio para el
compartir de las cátedras de Danza de la Escuela de Artes Escénicas “Segundo
Joaquín Delgado” y el Complejo Cultural Kuikas.
Risas y diversión llenaron
el ambiente, en una actividad impulsada por el Instituto de la Cultura y las
Artes del Estado Trujillo (Incaet), con miras a crear un espacio para que los
jóvenes de las diversas cátedras de artes escénicas compartieran y dieran
muestra del trabajo que se realiza en sus instituciones; al tiempo que
compartieron con una gran audiencia expectante.
La alegría de las fiestas
carnestolendas invadió los espacios del Parque de Los Ilustres, en un encuentro
repleto sorpresas, con una programación variada que exaltó la algarabía de los
carnavales; entrelazando danza, música, entretenimiento y juegos en una misma
programación. La actividad inició a las 3 de la tarde con una muestra de
malabares por parte de los jóvenes de la Otra Banda y los alumnos de la cátedra
de teatro de la escuela Segundo Joaquín.
La
Calle como escena
El duro cemento sirvió de
escena para el derroche de talento, puesta las tablas se hicieron pequeñas y
los actores tomaron el pavimento para dar vida a sus ideas. Entre maromas y
payasadas los presentes disfrutaron de una pequeña muestra del trabajo de los
jóvenes cirqueros, quienes dieron cuenta de su maestría actoral y su jocosidad,
como un interludio perfecto para la muestra dancística que arrancó con la
presentación del taller de Baile Urbano que hace vida en el Complejo Kuikas.
El espacio se electrificó
con la presentación, ritmos movidos y fluidos movimientos detonaron desde la
sede del Incaet, llenando cada rincón, mientras desde lo más profundo surgieron
las catrinas; espectrales apariciones enfundadas en sus trajes negros tomaron
el parque y comenzaron a danzar. Coordinación y estilo desbordaban de cada
chico al son de la música suave, pasos tradicionales marcaron la coreografía
hasta que un giro brusco de la música cambió el sentido e invitó a los jóvenes
a ser más intrépidos y osados en sus movimientos.
Luego de una breve, pero
energética presentación el silencio se apoderó del espacio; las catrinas
volvieron al sepulcral recuerdo, mientras que las chicas de las cátedras de
danza pre-infantil, infantil y juvenil de la Segundo Joaquín se preparaban para
la escena. El Caribe se hizo sentir, la salsa comenzó a sonar y el cortejo
entró en escena acompañado a su reina.
Un rico son se hizo
escuchar, mientras las jóvenes bailaban y sonreían, semejando las fiestas
carnestolendas que se desarrollan en Latinoamérica. El contonear de las caderas
y los delicados pasos marcaron el ritmo de la música, en un desfile de colorido
y movimiento. Como hermosos pavos reales las jóvenes se movieron por el
espacios, deleitando a la audiencia con una coreografía completa y repleta de
ritmo y sincronía.
Diversión
en el circo
Finalizadas las danzas los
jóvenes cirqueros volvieron a la escena para divertir y recrear a los presentes
un rato más, con una presentación que incluyó rutinas sorprendentes y
graciosas. Todo fu risas y diversión, un rato de teatro de calle que impacto y
enamoró a los asistentes, por la frescura de los jóvenes que sin salirse de su
rol de payasos mostraron la calidad y el nivel teatral que hay en la entidad.
El encuentro concluyó con
muchas sorpresas, pues luego de las presentaciones los niños y niñas jugaron en
brinca brinca y participaron en rifas y sorteos por premios, en una tarde de
diversión y compartir.
