miércoles, 18 de julio de 2018


Escuela Segundo Joaquín presentó su fin de curso
El evento estuvo enmarcado con la muestra de la Escuela de Artes Plásticas “Asdrúbal Colmenares” y fue un viaje por el tiempo.
Prensa Gobierno Bolivariano de Trujillo/ Incaet.
Viviana Cegarra Soto. Gráficas: Pedro Torres.-

El pasado sábado 14 de julio las alarmas se encendieron en la Concha Acústica Trujillana, pues la máquina del tiempo se puso en marcha, llevando consigo a más de 700 trujillanos, quienes se acercaron a disfrutar de la gala de fin de curso Bailando a través del Tiempo, una muestra en la que las niñas y jóvenes de las cátedras de danzas de la Escuela de Artes Escénicas “Segundo Joaquín Delgado” despidieron el año 2017-2018.
Un viaje musical por distintas década  fue el tema del encuentro, que sirvió de escenario para que las cátedras de danzas infantil, prejuvenil y juvenil presentaran un evento cargado de energía, alegría, color y mucho movimiento, en el cual quedó demostrado el trabajo realizado por los profesores Lucia Cadenas, Pedro Sarmiento y Andrés Valderrama.
La muestra fue enmarcada por la exposición de Fin de Curso de la Escuela de Artes Plásticas “Asdrúbal Colmenares”, ambas escuelas adscritas al Instituto de la Cultura y las Artes del Estado Trujillo (Incaet), donde las cátedras de tejido, dibujo, cerámica, corte y confección y pintura infantil presentaron el trabajo realizado durante el año escolar. Esta muestra convirtió el evento en una fusión cultural, en el cual  las artes se hermanaron dejando como resultado un grato momento, lleno de saberes, colores y recuerdos.
Ritmo y sensualidad
Desde los años 10 hasta el 2000 el encuentro fue un recorrido por la historia y la nostalgia, con ritmos característicos de distintas generaciones. Un verdadero relato de lo vivido y de los cambios por los cuales han atravesado las últimas generaciones, contado desde las preferencias musicales de cada época.
Las estudiantes de la cátedra prejuvenil saltaron a la escena con un sensual tango, una pieza cargada de sentido y muy bien estructurada. Vestidas de negro las jóvenes se hicieron con la escena, para darle un poco de picardía y pasión al evento desde sus inicios.
Sin pausas, las más grandes entraron al escenario con sus provocadores trajes, los años 20 revivieron en la Concha y el charleston comenzó a sonar. Un completo espectáculo presentó la cátedra juvenil, pues las chicas se envistieron en sus personajes y al compás de la música bailaron. Sus gestos y movimientos rememoraron el Gran Gatsby, llevando a los presentes a esa época repleta de picardía y femineidad.
Los ritmos caribeños se hicieron con la escena, las más pequeñas de la casa salieron a bailar al son del mambo; el colorido y el movimiento saturaron el escenario en una puesta llena de alegría y mucho sabor que animó a la audiencia hasta más no poder.
La década de los 50 llegó al escenario, el rock estaba en pleno apogeo, el negro y el rosa, el cuero y la seda, movimientos atrevidos y música fuerte llegaron para armar la fiesta, mientras las alumnas de la cátedra de juvenil mostraban su talento.
Movimiento y color    
El Twist llegó para quedarse, los años 60 se apoderaron del espacio. El vuelo de las faldas, los vivos colores y los rápidos movimientos animaron el escenario y a la audiencia que aplaudió sin parar a las más pequeñas de la casa.
Múltiples colores y movimientos atrevidos que caracterizaron a toda una generación invadieron la Concha. La música con contenido y la psicodelia tomaron todo cuando las alumnas de prejuvenil se subieron al escenario para revivir los años 70, la libertad, la policromía y las letras  cobraron vida en la escena.
Los ochentas llegaron para instalarse en la Concha trujillana. Al son de géneros electrónicos y con un ritmo muy característico de la época la cátedra juvenil presentó un baile moderno, que se refirió a un momento de transición y cambios en la historia. El surgimiento de nuevos estilos se vivió en el escenario con la electrónica y el hip hop; concepto que se vio fortalecido con la presentación de la cátedra infantil, las pequeñas revivieron el famoso Thriller de Michael Jackson.
Los noventa llegaron al son del merengue y la salsa, los ritmos latinos se hicieron sentir en la escena, mientras que las chicas de prejuvenil llenaron de sabor el ambiente con su swing. Movimientos coordinados y mucha sincronía fueron la piedra fundamental del número.
El evento culminó con una presentación en conjunto, en la cual los géneros más modernos fueron el punto de partida y el telón de fondo para unir a las 3 cátedras en escena. Mucho movimiento, alegría, unión y Pura Vida se vivieron en el escenario y en todo el Parque de los Ilustres Trujillano para Celebrar otro año más.

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