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- Concha Acústica de Trujillo de llenó de vida con Gala Dancística
martes, 18 de julio de 2017
Escuela de Artes escénicas presentó fin de curso
La
actividad es parte de la evaluación final de las cátedras de danzas
pre-infantil, infantil y juvenil, donde participan más de 150 niñas.
Prensa Gobierno Bolivariano de
Trujillo/CTC.
Viviana
Cegarra Soto. Gráficas Archivo CTC.-
Las luces de la Concha
Acústica Trujillana se encendieron y la música se hizo escuchar por todo el
Parque de los Ilustres para dar inicio a la Gala de Fin de Curso de la Escuela
de Artes Escénicas “Segundo Joaquín Delgado”, una presentación en la cual las
danzas fueron el pilar de un espectáculo que invadió el espacio el pasado
jueves 13 de julio.
La noche fue de baile y
movimiento, pues el espació se abrió para la presentación de las cátedras de
danza pre infantil, infantil y juvenil, que hacen parte de esta institución,
adscrita a la Coordinación Trujillana de Cultura. La muestra fue resultado del
trabajo realizado por docentes y alumnas a lo largo del años escolar 2016-2017.
A la actividad asistieron Jacqueline Peñaloza de Rangel, Primera
Combatiente de la entidad Trujillana, y Johana Vásquez, Coordinadora regional
de Cultura, quienes disfrutaron del evento junto a más de 500 trujillanos. La
algarabía y la emoción de la audiencia encendieron el escenario en un encuentro
que recorrió el mundo a través del baile.
Sabrosos y pegajosos ritmos
impregnaron cada rincón, la fuerte música se hizo escuchar para dar inició a
una muestra de talento y dedicación. Un recorrido musical coreografiado por los
profesores Pedro Sarmiento, Lucia Cadenas y Andrés Valderrama, que habló de
nuestra herencia, nuestra tracción y el origen mismo de la danza.
Tambor,
rock y son
La vida llenó la Concha, una
explosión llegó a cada rincón al son del tambor. Movimientos rítmicos y muy
alegres invadieron el escenario para mostrar el trabajo de las niñas de la
Cátedra de Danza Infantil, quienes abrieron el espectáculo con una muestra de
la danza originaria.
EL golpe del cuero cambió
bruscamente, mientras bajo y guitarra enmarcaban una tonada más moderna, llena
de brillo y movimiento. El rock and roll
surgido en América hizo temblar las tablas, mientras que alegres y vivaces salían
las más pequeñas de la casa a celebrar una fiesta de los 50.
La hermosa costa venezolana
resaltó ante todos con la presentación de la Cátedra de danza Juvenil. El
vibrante sonido del tambor coreano retumbó en las negras paredes y viajó por
todos lados, acompañado por una coreografía limpia y sincronizada que habló de nuestra tradición y
costumbre.
El escenario se fue a negro
y el ambiente en un club de finales de siglo XX tomó la escena, un sabroso son
se hizo escuchar, mientras que una joven pareja se movía al compás. La Habana
invadió las tablas, cuando las jóvenes salieron y pusieron de manifiesto su
talento y destreza en movimiento.
Incursión
en géneros
Como cada año los profesores
sorprendieron a la audiencia con audaces danzas, sincronizadas y bien
coreografiadas, en las cuales las participantes conocen el género y se hacen
parte de él, moviendo sus cuerpos al son de la música. Pero también
adentrándose en la fusión de géneros y en la incursión de otros más recientes.
Fue así como las pequeñas de
la cátedra de danza pre infantil arrancaron los aplausos de todos los asistentes
con una puesta en escena de danza contemporánea. Una propuesta hermosa y elegante,
llena de movimientos sutiles, per complejos que hablaron de la disciplina y
dedicación de cada niña y su instructora.
En una fusión de géneros del
mundo, la cátedra de danza infantil presentó una propuesta fresca que entrelazó
la danza del vientre y el flamenco, en una mezcla repleta de movimientos bien
cuidados. El vaivén de los cuerpos como una expresión de de sentido y devoción
casi religiosa, en un sublime coqueteo que avivó a la audiencia.
La Barbarie, el sufrimiento,
el amor, la devoción y la entrega se entrelazaron en un performance basado en
la novela Doña Bárbara del escritor Venezolano, Rómulo Gallegos. Una puesta en
escena original que relató una de nuestras historias más conocidas, fusionando
en un solo espacio la danza con la tradición literaria.